domingo, 16 de septiembre de 2007

Y todo sigue igual...

Tras una semana de vacaciones en Lumbrales regreso a Madrid para reincorporarme de nuevo al trabajo. Tras "rastrear" los medios apropiados en busca de alguna novedad en lo relativo a la dificil situación por la que atraviesa el sector ganadero (con especial foco en el de ovino) me encuentro que por el momento todo sigue igual de mal. Bien es cierto que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se ha comprometido a iniciar una mesa de negociación para analizar con todas las partes la subida de los costes de producción, coincidente con la bajada de los precios en origen. Pero, ¿cuánto se demorarán en extraer sus conclusiones? Y ante todo, ¿para cuándo se contará con las medidas a adoptar y cuándo se llevarán a la práctica? Porque al fin y al cabo, como se manifiesta en los medios, se dispone de poco tiempo para solventar esta situación.

Y mientras tanto el tiempo sigue corriendo. A mi hermano ya no le hace falta esperar un par de meses para que la situación sea insostenible, porque simplemente la contabilidad anual ya está en números rojos.

Pero si para los ganaderos el incremento de la materia prima supone una cuchilla que se mece sobre sus cabezas, otros aprovechan a sacar partido de ello uniéndose a toda esa orda de especuladores. Tan sólo basta echar un vistazo a la prensa económica y sus recomendaciones acerca de los valores recomendables para invertir. Puedes leer el artículo completo en el siguiente enlace: Invertir en los productos agrícolas (o ver un extracto del mismo justo a continuación).



¡ Cuán distinta es la situación real del sector productor ganadero a lo que contrariamente cree el resto de la sociedad ! Esta misma semana leía en un diario impreso dos apelativos que se atribuían de forma generalizada a los ganaderos: "quejicas" y "subvencionados". Si, como contrariamente se cree, se recibe de subvenciones tanto dinero, ¿por qué será que muchos ganaderos están desolados y pensando en abandonar la actividad?

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