domingo, 7 de octubre de 2007

Lecciones sobre las materias primas agrícolas



La prensa económica constituye la mejor referencia para estar al tanto de los movimientos realizados por los grandes inversores en la búsqueda de las mejores oportunidades que les permitan maximizar la rentabilidad de su dinero. Ahora uno de sus puntos de mira son las materias primas. El artículo completo que puede ser leído en el siguiente enlace, se clausura con el siguiente párrafo:

DWS ha lanzado el fondo Global Agribusiness, con el que los partícipes han obtenido una rentabilidad del 26,29% durante su primer año.
A los enormes ingresos que obtiene la gran distribución debido a su enorme poder en la cadena agroalimentaria (véase artículo previo), ahora se unen los fondos de inversión que intentan obtener sus beneficios de la tendencia alcista de los precios de las materias primas. En este escenario queda patente que todos intentan "sacar tajada" suculenta de esta situación, a costa de reducir el beneficio de los propios productores (agricultores).

Los más perjudicados en este escenario son los ganaderos que ven como los costes de producción aumentan, pero al mismo tiempo no pueden repercutir estas subidas de los cereales con los que alimentan a su ganado por la presión de la industria y de las grandes cadenas de distribución que fijan los precios a pagar a los productores a su antojo.

Pero vayamos a por las "lecciones" que han extraído estos inversores:

  • Problemas de suministro y una demanda creciente –no sólo alimentaria– están disparando el precio de las materias primas agrícolas sin que se vislumbre un techo.
  • La inflación de los precios de los alimentos está creciendo globalmente, encareciéndonos la vida a todos, pero haciéndola insostenible para los ciudadanos de los mercados en vías de desarrollo, que comienzan a ver cómo los alimentos básicos de los que dependen alcanzan precios que no pueden pagar.
  • El principal motivo del aumento de la demanda es, simplemente, el aumento de la población.
  • A medida que los mercados emergentes como India y China acumulan riqueza, sus consumidores esperan convertirse precisamente en eso: consumidores, con más carne y, en definitiva, más alimentos en su dieta. A medida que se enriquecen, las personas tienden a comer más carne, irónicamente una forma de consumo más intensa en cereales, ya que para producir un único gramo de carne de vacuno, son necesarios siete gramos de cereales.
  • El interés de Estados Unidos por los biocarburantes también ha propiciado el incremento de la demanda de grano.
  • La urbanización creciente, en particular en países en vías de desarrollo, ha tendido a engullir el terreno agrícola disponible. Además, las técnicas agrícolas intensivas de las últimas décadas han agotado el terreno, por lo que su productividad está decayendo. La erosión y desertificación también están reduciendo el terreno de cultivo.

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