sábado, 6 de octubre de 2007

Agricultura y ganadería: cambio radical



En la sección Tribuna Libre del Diario Montañés aparece hoy día 06 de Octubre de 2007 el siguiente artículo de opinión de un ganadero (Jose Luis Tomás Rios) en alusión a las últimas declaraciones realizadas por el Director General del Ministerio de Agricultura (Sr. Puxeu). El enlace original está disponible aquí, si bien se incluye en esta entrada de forma íntegra.

Este artículo llegó a mis manos gracias a la mención que hacía de él otro blog agrario: GEROA.ORG.

Justo a continuación tienes todo el artículo:

TRIBUNA LIBRE
Agricultura y ganadería: cambio radical
06.10.07 - JOSÉ LUIS TOMAS RÍOS

ES reconfortante para un ganadero como yo, leer las declaraciones de Director General del Ministerio de Agricultura Sr. Puxeu, hechas el domingo 16 de Septiembre en Valencia. Sin ninguna duda es lo más sensato que han leído mis ojos, proveniente de un responsable de la Administración, en los 27 años que llevo en la actividad agraria. Lo que ha dicho este señor supone un cambio radical en la forma de ver el Campo y merece ser tenido en cuenta, no solo por las personas que influyen en las decisiones que afectan a la ganadería y la agricultura, sino a la sociedad en general.



La cosa viene a cuento porque, como todos ustedes sabrán, los precios de los alimentos en general y de los más básicos en particular (pan, leche, huevos ), están encareciéndose en los últimos meses de una manera espectacular. Los agricultores, y en concreto los ganaderos productores de leche (que es lo que más nos interesa en Cantabria), han pasado de cobrar 0,30 euros (50 pts) el litro en el mes de junio, a cobrar 0,45 euros (75pts) en el mes de septiembre; hace unos meses el trigo se pagaba a 12 cts/kg y hoy esta a 27 cts.

¿Qué ha ocurrido? Muy sencillo, existe una enorme escasez de cereales y de leche, los dos productos básicos de la alimentación. Nadie lo había previsto, ni los políticos, ni lo economistas, ni los empresarios del sector, ni los ilustres pensadores e ideólogos de esta materia. Todos ellos se reunieron a finales del año pasado en Asturias en un foro que llamaron Globallactea, y al leer ahora sus conclusiones me provoca una sonrisa maliciosa. Nada ha ocurrido como predijeron.

Pero vamos al fondo de la cuestión y al caso concreto de la leche.

Se habla de la irrupción de China e India en el mercado internacional demandando grandes cantidades de leche y efectivamente, esto tiene una gran influencia en la situación actual. Se habla de la sequía en nuestras antípodas. Se habla de la gran demanda de cereales para la producción de bio-combustibles, pero esto, lo único que ha provocado hasta la fecha, es un crecimiento de los costes de producción de las explotaciones ganaderas, y estos nunca han tenido la más mínima influencia en la determinación del precio final de la leche o de la carne, que pagan las industrias al productor. Según mi punto de vista, lo realmente determinante que ha provocado esta gran escasez, es que estamos a punto de cargarnos el Campo y eso es un hecho que va a ser muy difícil que tenga una vuelta atrás. Los ganaderos de leche estábamos cobrando al mismo precio que hace 20 años. Todo subía menos los cereales, la carne, la leche , mientras los costes de producción iban subiendo. Las medidas de las administraciones, principalmente la Europea, iban siempre encaminadas a mantener unos precios bajos y a expulsar del campo al mayor número posible de agricultores y ganaderos. La rentabilidad de las explotaciones fue disminuyendo hasta tal punto, que la única motivación que tenían para producir la mayoría de ellas era el cobro de la «ayuda» de La Unión Europea. El tiro de gracia fue desacoplar estas ayudas de la producción, de manera que el agricultor empezó a cobrar produjera o no. ¿Para que vas a producir!

Ahora quedan pocos ganaderos que produzcan leche (hace 20 años había 15.000 en Cantabria, hoy ya no llegamos a los 2.000 y bajando) cada vez quedan menos vacas, hemos bajado de un 1.200.000 a 900.000 en cuatro años en España. Las que quedan, las obligamos a dar 10.000-12.000 lts por lactación, ya que a 50 pts el litro no hay margen con menos producción y lo que ocurre es que si una vaca produce 6.000 litros por lactación pare una vez al año, pero si produce 12.000, pare una vez cada 18 meses, por lo que ya no hay novillas de reposición suficientes para mantener la cabaña. La producción de leche Española sigue bajando a un ritmo del 3% anual y ya no somos capaces de producir ni la escasa cuota que tenemos asignada, que no llega a los dos tercios del consumo nacional.

El relevo generacional apenas existe. Los hijos de los ganaderos y agricultores, dejan las explotaciones, viendo el modo de vida y el desanimo de sus padres, que a su vez optan por vender el prado y los derechos de producción. Más tarde algunos de esos prados ven crecer plantaciones de chalets adosados.

Pero de repente escasean los alimentos y los precios se disparan. ¿Qué ocurre? Y entonces llega Puxeu a Valencia y pone el dedo en la llaga. «Europa se había olvidado de la importancia estratégica de la agricultura y ahora con todo lo que esta pasando urge replantearse muchas cosas, con un giro radical de las líneas maestras de la Política Agraria Europea. ¿Puede el primer mercado del mundo renunciar a mantener toda su capacidad de producción?».

Puxeu apuesta ahora por «incentivar al agricultor para que produzca más, y eso solo lo da el mercado garantizando un remuneración razonable. Hay que ponerse a producir como una moto».

También Puxeu en sus declaraciones, dice sin ambages que «los caprichos se pagan» y con eso se esta refiriendo a la frívolas consideraciones sociales sobre la agricultura que han estado de moda en los últimos años y que se pueden resumir en los tres siguientes apartados:

1-) La sociedad moderna pensaba que nunca habría escasez de alimentos, pero los Chinos y los Indúes (42% de la población mundial) quieren comer todo lo que no lo han hecho hasta ahora y nos han dejado desabastecidos. Se llevan la leche europea, porque la pagan más. Han tenido que ser los chinos, los que vengan a remunerarnos dignamente lo que nuestra sociedad desarrollada no ha sido capaz de hacer en los últimos 20 años. Como daño colateral nos encontramos con que en muchos países de África y Centro América no hay un litro de leche para alimentar a los niños.

2-)En un país árido como España, la producción de alimentos, implica la necesidad de regar, porque como todo el mundo debería saber, sino se las riega, las plantas no crecen. Los agricultores no son unos ignorantes desalmados que dilapidan el agua, se riega por necesidad, para poder alimentar a la población. Llevamos años de demagogia en contra de los riegos agrícolas, echando a la agricultura la culpa de la supuesta escasez de agua. Sino regamos no comemos. Según Puxeu «es urgente poner 100.000.000 de Euros anuales para poner en marcha nuevos regadíos».

3-)Y por último están los aspectos relacionados con las exageradas exigencias medioambientales, que implican cada vez más trabas para los agricultores y ganaderos y que llevan en muchos casos aparejadas un incremento innecesario en los costes de producción. El legislador y la sociedad no han entendido que el único que ha tenido interés en conservar el medio hasta nuestros días, es el agricultor y el ganadero, ya que vive de él y es al que más le interesa su conservación. Puxeu dice que «si fuera por algunos tendríamos que producir en 2 metros cuadrados y el resto sería medio ambiente. Ahora tenemos las consecuencias, los caprichos se pagan».

La ideología ecologista dominante, considera al agricultor y al ganadero un agresor y un enemigo del medio ambiente, que envenena la tierra, que derrocha el agua, que quema el bosque y que maltrata a los animales. Pero sino fuera por nosotros, esta sociedad no comería los alimentos que nos paga a un precio de miseria, pero que, entre otras cosas, hacen que vivamos todos cada vez más.

«Hemos de aprender la lección para corregir, porque con precios bajos, la gente deja de producir y abandona los cultivos y ¿ahora qué?». Así sentenció Puxeu en Valencia y por fin, alguien habló claro de una vez.

No hay comentarios: